Un dormitorio de temática blanca irradia una elegancia atemporal
El color predominante es un blanco prístino, que crea una sensación de serenidad y espacio. La pieza central de la habitación es una cama blanca, cuyo marco está adornado con sutiles detalles dorados que añaden un toque de opulencia.
Flanqueando la cama hay mesitas de noche blancas, cada una con delicadas manijas doradas en los cajones, que añaden un toque de glamour. Estas mesas no solo ofrecen comodidad, sino que también realzan la sofisticación de la habitación. Sobre una pared, una cómoda blanca se alza con elegancia, y su superficie refleja la suave luz natural que se filtra a través de las cortinas. El tocador está adornado con tiradores de cajones dorados, lo que proporciona un espacio encantador y funcional para los rituales diarios.